Nuestro misericordioso Padre Celestial nos dio un día santo en el cual somos limpiados de nuestros pecados. Levítico 16:29 “Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, á los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros:” Versículo 30: “Porque en este día se os reconciliará para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.”
En el séptimo mes (Ethanim, lea 1 Reyes 8:2) en el décimo día se nos ordena afligir nuestras almas para reconciliarnos con nuestro Dios. Isaías 58:5 “¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que encorve su cabeza como junco, y haga cama de saco y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable á Jehová?” La forma en que nuestro Señor ha elegido que afligimos nuestras almas, es ayunando en este día sagrado.
Este es el único día obligado por la ley para que nuestra gente ayune. Por lo tanto, este día también fue conocido como “El Ayuno”. En el cual leemos a nuestro querido Apóstol Pablo guardando este día mucho tiempo después de la muerte de Cristo. Hechos 27:9 “Y pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación [el séptimo mes que está en la temporada de otoño], porque ya era pasado el ayuno, Pablo amonestaba,”
Según la Biblia, el ayuno es abstenerse de comer y beber. Entonces en el Día de las Expiaciones no debemos comer ni beber ninguna cosa desde la noche (tarde) hasta la siguiente noche. Ester 4:16 “Ve, y junta á todos los Judíos que se hallan en Susán, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis …” Durante el ayuno, nada puede entrar en la boca ni siquiera para probar el sabor (gusto). Jonás 3:5 “Y los hombres de Nínive creyeron á Dios, y pregonaron [proclamaron] ayuno…” Versículo 7: “E hizo pregonar y anunciar en Nínive, por mandado del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna, no se les dé alimento, ni beban agua:”
En el pasado, el sumo sacerdote expiaba por la sangre de los toros. Por favor lea, Levítico 16:11,15,17. El también SOLO ofrecía para la congregación de Israel la sangre de cabríos. 2 Crónicas 29:23 “Hicieron después llegar los machos cabríos de la expiación delante del rey y de la multitud, y pusieron sobre ellos sus manos:” Versículo 24: “Y los sacerdotes los mataron, y expiando esparcieron la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar á todo Israel: porque por todo Israel mandó el rey hacer el holocausto y la expiación.” Este versículo nos muestra que la palabra Hebrea para expiación es lo mismo que reconciliación. Por la sangre ofrecida fuimos justificados. Sin embargo, sin arrepentirse verdaderamente de la conciencia y cambiar; los pecados permanecen. Hebreos 10:4 “Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.”
Pero ahora estamos reconciliados por la sangre de Jesucristo. Romanos 5:10 “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” Versículo 11: “Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por el cual hemos ahora recibido la reconciliación.” La muerte de Cristo no tiene la intención de ser sin propósito como esos sacrificios pasados que se ofreció. Como dijo el apóstol Pablo, el Mesías (Cristo) es la expiación para eliminar nuestros pecados a través el arrepentimiento. Hebreos 9:13 “Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y la ceniza de la becerra, rociada á los inmundos, santifica para la purificación de la carne,” Versículo 14: “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?”
Lo mismo se dice de Cristo en la profecía, que como expiación nos dará la oportunidad de arrepentirnos y enseñarnos cómo no continuar en nuestros pecados. Daniel 9:24 “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.” Versículo 26: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí:…” Esta profecía claramente nos dice que el Mesías (Cristo) sería la expiación por nuestros iniquidades. Se explicó que su muerte no fue por sí mismo, significando que no murió por sus propios pecados sino por la iniquidad de su pueblo. Igual al sumo sacerdote de antiguos tiempos que ofrecía solo la sangre para el pueblo, Cristo se ofreció una vez para traer justicia y el fin de nuestros pecados. Véase, Isaías 53:5-11.
De ahí, este día está establecido para enseñarnos cómo arrepentirnos y luchar contra los deseos de la carne (pecado). Isaías 58:6 “¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, y dejar ir libres á los quebrantados, y que rompáis todo yugo?” Versículo 7: “¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne?” Versículo 8: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; é irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.”
Levítico 23:26 “Y habló Jehová á Moisés, diciendo:” Versículo 27: “Empero á los diez de este mes séptimo será el día de las expiaciones: tendréis santa convocación [reunión], y afligiréis vuestras almas [ayunar], y ofreceréis ofrenda encendida á Jehová.”Los sacrificios fue la ÚNICA parte que se cambió de acuerdo con las Escrituras; en que la gente no tenía participación.
Recuerda que se dijo anteriormente en la palabra de Dios que es un Sábado de reposo; ninguna obra harás, de cualquier tipo (comprar, vender, cocinar, etc..) no se debe hacer en este día. Levítico 23:28 “Ninguna obra haréis en este mismo día; porque es día de expiaciones, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.” Como cualquier otro Sábado, es muy importante guardar el día de la expiación.
Levítico 23:29 “Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de sus pueblos.” Todas las almas en la congregación tienen que guardar el ayuno. Véase, Joel 2:15-16. La persona que se niega a ayunar es lo mismo que una persona que rechaza el arrepentimiento; abandonando su propia misericordia. Por lo tanto, su alma será cortada (destruida). Levítico 23:30 “Y cualquiera persona que hiciere obra alguna en este mismo día, yo destruiré la tal persona de entre su pueblo.”Para evitar ser destruido en la segunda venida de Cristo, debemos guardar los Sábados. Levítico 23:31 “Ninguna obra haréis: estatuto perpetuo es por vuestras edades en todas vuestras habitaciones.” Versículo 32: “Sábado de reposo será á vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando á los nueve del mes en la tarde: de tarde [noche] á tarde holgaréis vuestro sábado.”
Por lo tanto, como creyentes de Cristo debemos guardar este sábado santo ayunando y orando por el perdón de nuestros pecados. Este día fue ordenado para ser guardado para siempre. Santiago 2:24 “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.” Oramos y esperamos que el Señor lo guíe a hacer su buena voluntad y placer. ¡Shalam (Paz)!